OMAHA, Neb. — Legisladores de Nebraska reiteran su petición de financiamiento federal mientras varias comunidades continúan recuperándose de las devastadoras tormentas que azotaron el estado el mes pasado. Entre el 8 y el 10 de agosto, varios condados enfrentaron vientos de hasta 80 millas por hora y peligrosas inundaciones repentinas que dejaron severos daños materiales y pérdidas humanas.

El 5 de septiembre, el gobernador Jim Pillen solicitó oficialmente una declaración federal de desastre mayor para 12 condados: Burt, Douglas, Fillmore, Lancaster, Nemaha, Nuckolls, Saline, Saunders, Seward, Thayer, Washington y Webster. De acuerdo con la oficina del gobernador, los daños superan los 39 millones de dólares, lo que representa un duro golpe a la infraestructura pública y privada.

Las tormentas dejaron consecuencias trágicas, incluida la muerte de una mujer que acampaba en el área recreativa estatal de Two Rivers. Además, el Penitenciario Estatal de Nebraska registró daños en dos unidades de vivienda, lo que obligó a realizar ajustes inmediatos en la operación del centro. También se reportaron afectaciones en escuelas, edificios públicos y negocios, incrementando la presión sobre los presupuestos locales.

La solicitud del gobernador busca cubrir costos relacionados con reparaciones y reemplazos de infraestructura pública, con el objetivo de aliviar la carga económica de los condados afectados. De obtenerse la declaración federal, los fondos permitirían acelerar proyectos de reconstrucción y garantizar la seguridad de las comunidades más vulnerables.

Mientras se espera una respuesta del gobierno federal, autoridades locales continúan evaluando los daños y priorizando recursos limitados para atender las necesidades inmediatas. Para muchos residentes y empresarios, la ayuda representa la posibilidad de iniciar un proceso de recuperación más rápido y sostenible tras un episodio climático que dejó al estado en estado de emergencia.