Una jueza federal bloqueó indefinidamente el lunes un reciente intento del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de privar a la Universidad de Harvard de su capacidad para traer a miles de estudiantes internacionales a su campus.

La jueza Allison Burroughs, del Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Massachusetts, decidió que la reciente proclamación presidencial de Trump era una violación de las protecciones constitucionales de la universidad, y parte de una campaña de represalias que ha emprendido el Gobierno de Trump.

La Casa Blanca dijo que la proclamación contra los estudiantes internacionales que vienen a EE.UU. a estudiar en Harvard era por motivos de seguridad nacional, porque Harvard no estaba investigando adecuadamente a los ingresantes de otros países.

Pero Burroughs aprovechó la oportunidad para exponer su visión ante los repetidos intentos del gobierno de recortar el alumnado de Harvard y su enfoque de la enseñanza.

“Este caso se refiere a derechos constitucionales fundamentales que deben ser salvaguardados: la libertad de pensamiento, la libertad de expresión y la libertad de palabra, cada uno de los cuales es un pilar de una democracia que funciona y una protección esencial contra el autoritarismo”, escribió Burroughs en una opinión de 44 páginas publicada este lunes.

“En este caso, el intento del presidente por controlar una reputada institución académica y acallar diversos puntos de vista, aparentemente porque son, en algunos casos, opuestos a las propias opiniones de esta administración, amenazan estos derechos. Para empeorar las cosas, el Gobierno intenta conseguirlo, al menos en parte, a costa de los estudiantes internacionales”, escribió.

Anteriormente, la jueza había bloqueado indefinidamente un intento de los departamentos de Seguridad Nacional y de Estado de Trump de revocar el programa de visas estudiantiles de Harvard, lo que habría afectado a casi una cuarta parte de su cuerpo estudiantil y habría llevado a los estudiantes a abandonar el país o a cambiarse de institución.

Su decisión de este lunes se refería a una acción de seguimiento del Gobierno de Trump para impedir que los estudiantes internacionales obtengan visas para estudiar en Harvard.

Burroughs, nombrada por Obama en una jurisdicción en la que no hay jueces nombrados por Trump a nivel de primera instancia o de apelación, también debe decidir este verano (boreal) sobre un importante cuestionamiento legal de Harvard contra la decisión del gobierno de Trump de recortar sus subvenciones federales. Varias agencias federales han congelado más de US$ 2.000 millones en fondos para programas de Harvard, en gran parte para investigación médica y científica.

La elitista y acaudalada universidad privada está ahora en el centro de la ofensiva del Gobierno de Trump contra instituciones intelectuales y culturales que han sido percibidas como demasiado liberales. Es la universidad estadounidense más importante en imponer una demanda en respuesta a las decisiones de la administración Trump que, según la universidad, podrían causarle un daño importante como institución.

El gobierno ha argumentado que sus diversas acciones recientes surgieron porque Harvard no ha cumplido con las prioridades del presidente, como la oposición a las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y el escrutinio del manejo de las protestas en el campus en torno a la guerra en Gaza e Israel.

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