Inicia la temporada de huracanes en medio de preocupación por los recortes a agencias clave

AP- Este domingo inicia una intensa temporada de huracanes y a los expertos en tormentas y desastres les preocupa algo que podría ser tan caótico como los remolinos de viento: los recortes masivos al sistema federal que pronostica, rastrea y responde a los huracanes.
Expertos están alarmados por las grandes reducciones de personal, las restricciones de viaje y capacitación, y los cortes de subvenciones impuestos desde que el presidente, Donald Trump, asumió el cargo, tanto en la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), que se prepara y responde a los huracanes, como en la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), que los rastrea y pronostica.
Susan Cutter, directora del Instituto de Investigación de Riesgos y Vulnerabilidad de la Universidad de Carolina del Sur, señaló que su pesadilla es "una gran tormenta catastrófica en un área que se tambalea por el impacto de todos estos disparates de la Administración Trump y que la gente muera. Y eso podría suceder en Florida, en Texas, en Carolina del Sur”, señaló
Representantes de la NOAA y la FEMA aseguran que las agencias están preparadas, pese a las reducciones.
Unos 2,000 empleados a tiempo completo han dejado la FEMA desde enero, cuando Trump asumió el cargo, una pérdida de aproximadamente un tercio de la fuerza laboral a tiempo completo de la agencia, en medio de los recortes ordenados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés). A los académicos que estudian la gestión de emergencias les preocupa la reducción de la capacidad y la “fuga de cerebros” de personal experimentado.
“Realmente ha habido una fuga de cerebros en la FEMA, además de la pérdida de empleados en general”, afirmó Samantha Montano, profesora de gestión de emergencias de la Academia Marítima de Massachusetts. Añadió que muchos de los trabajadores que se fueron estaban en posiciones críticas de gestión.
La agencia está dirigida por un jefe interino, David Richardson, un exoficial del Cuerpo de Marines que sirvió en el extranjero y trabajó como subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional para contrarrestar armas de destrucción masiva. No parece tener experiencia en la gestión de desastres. La gestión de emergencias requiere saber dónde obtener cosas, a quién llamar, cómo funcionan las cosas y cómo hacerlo rápidamente, lo cual proviene de la experiencia y de establecer relaciones con funcionarios estatales, dijeron Montano y Cutter.
Lo que ocurre le recuerda el año 2005 al exdirector de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Craig Fugate, cuando el huracán Katrina devastó Luisiana y reveló gobiernos inexpertos y mal preparados en todos los niveles, especialmente al entonces jefe de la FEMA, que provenía de una asociación de cría de caballos. Fugate dijo que le preocupa especialmente la salida de la FEMA de personas experimentadas en desastres.
La FEMA canceló varios entrenamientos de gestión de emergencias esta primavera, impartió otros en línea y restringió los viajes a eventos como la Conferencia Nacional de Huracanes. Algunos entrenamientos se han reanudado.
“Dada la reducción de personal, la imposibilidad de realizar entrenamientos, participar en conferencias, existe la posibilidad de que la capacidad del Gobierno federal se vea disminuida”, dijo Bryan Koon, exjefe de Gestión de Emergencias de Florida y actual presidente de la firma de preparación para desastres IEM.
La FEMA también ha recortado programas de resiliencia ante desastres. Hacer que las áreas sean más habitables ahorra hasta 13 dólares por cada dólar gastado, dijo Lori Peek, directora del Centro de Riesgos Naturales de la Universidad de Colorado.
El Gobierno federal promete estar listo para la temporada de huracanes, que se extiende hasta noviembre.
“La FEMA está pasando de ser un peso muerto centrado en (Washington) DC a una fuerza de desastre ágil y desplegable que empodera a los actores estatales para proporcionar alivio a sus ciudadanos”, escribió Geoff Harbaugh, administrador asociado de la FEMA, en un correo electrónico. “La FEMA está completamente activada en preparación para la temporada de huracanes”.
El Gobierno federal a menudo cubre toda la factura en los grandes desastres y la mayor parte en los más pequeños. En el gobierno de Trump, las declaraciones de desastre han sido denegadas o retrasadas. Cuando se emitieron declaraciones de desastre para 9 estados la semana pasada, algunas habían estado pendientes durante dos meses y otras solo fueron aprobadas parcialmente.
“Hemos dependido tanto de la FEMA durante mucho tiempo y no saber quién va a llenar el vacío y cómo lo vamos a llenar es realmente aterrador”, dijo Jeannette Sutton, profesora de gestión de emergencias de la Universidad de Albany.
La NOAA, la agencia matriz del Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés), ha experimentado una serie de severos recortes de empleos, aunque algunas personas han sido reincorporadas posteriormente. A finales de marzo, una parte considerable de las 121 oficinas locales del servicio meteorológico tenía tasas de vacantes de más del 20%, lo cual es considerado por observadores externos como un nivel crítico de falta de personal. Las oficinas meteorológicas locales son cruciales para ayudar a las personas a traducir las advertencias nacionales en acciones locales.
“Deberíamos estar todos manos a la obra, pero nos están vaciando”, dijo Louis Uccellini, exdirector del NWS.
Pero el Centro Nacional de Huracanes, que rastrea y advierte sobre esos fenómenos en el Atlántico, el Pacífico y el Caribe, se ha salvado de los recortes. Laura Grimm, administradora interina de la NOAA, Ken Graham, director del NWS y Michael Brennan, director del Centro Nacional de Huracanes, dijeron que la agencia está preparada para la temporada y que el centro de tormentas, con sede en Miami, está completamente dotado de personal y también lo están los aviones que vuelan hacia las tormentas.